24.1.09

Séptimo.

-VII-

La Naturaleza es eterna debido a que carece de conciencia de sí misma.
De este modo, el sabio:
Se sirve a si mismo en último lugar, y se encuentra atendido;
observa a su cuerpo como accidental, y encuentra que resiste.
Debido a que no atiende a su Ego, éste se encuentra satisfecho.


-VII-

El Cielo es eterno, y la Tierra permanece.
¿Cuál es el secreto de su eterna duración?
¿Acaso no viven eternamente porque no viven para sí mismos?
Por eso, el Sabio prefiere permanecer detrás,
mas se encuentra al frente de los demás.
Se desprende de sí mismo, mas a sí mismo se encuentra a salvo y seguro.
¿Acaso no es por ser desinteresado por lo que se realiza su Ser?


-VII-

El cielo es eterno y la tierra permanece.
El cielo y la tierra deben su eterna duración

a que no hacen de sí mismos
la razón de su existencia.
Por ello son eternos.

El sabio se mantiene rezagado
y así es antepuesto.
Excluye su persona y su persona se conserva.

Porque es desinteresado
obtiene su propio bien.





1 comentario:

Anónimo dijo...

“Tu peor enemigo no te puede dañar tanto como tus propios pensamientos. Ni tu padre, ni tu madre, ni tu amigo más querido, te pueden ayudar tanto como tu propia mente disciplinada.” Dhammapada 3:10-11