-III-
No alabando al honrado se evita el engaño,
no estimando lo raro se evita el robo,
no ostentando la belleza se evita la lujuria.
Así pues, el sabio controla a la gente:
Vaciando sus corazones,
llenando sus vientres,
debilitando sus ambiciones,
y fortaleciendo sus cuerpos.
*Si la gente carece de conocimiento y deseo
el más hábil entre ellos es incapaz de actuar;
si se evitan las acciones todos viven pacíficamente.
-III-
No ensalzando a las personas de talento, harás que la gente abandone la rivalidad y la discordia.
No valorando bienes difíciles de conseguir, harás que la gente deje de robar y atracar.
No exhibiendo lo que todos codician, harás que los corazones de la gente permanezcan serenos.
Por eso, la manera de gobernar del Sabio empieza por:
vaciar el corazón de deseos,
llenar los estómagos de alimento,
debilitar las ambiciones
y fortalecer los huesos.
*De este modo, hará que la gente permanezca sin conocimientos ni deseos,
y cuida de que los que saben no actúen.
Practica el No-Hacer, y todo será armonioso.
-III-
No ensalzar los talentos
para que el pueblo no compita.
No estimar lo que es difícil de adquirir
para que el pueblo no se haga ladrón.
No mostrar lo codiciable para que su corazón no se ofusque.
El sabio gobierna de modo que
vacía el corazón,
llena el vientre,
debilita la ambición,
y fortalece los huesos.
Así evita que el pueblo tenga saber ni deseos,
para que los más astutos
Quien practica el no-obrar todo lo gobierna.
Así el pueblo purifica sus pensamientos y deseos
y los arteros cuidarán de inmiscuirse.
1 comentario:
Considero esta traducción más adecuada.
Si no se premiara a la sabiduria los hombres dejarían de instruirse; si no se diera valor a objetos difíciles de admirar los hombres cesarían de robar; si no se mostraran los objetos del deseo cesaría la obsesión en la mente de los hombres. Por lo tanto el gobierno del Hombre Justo vaciará la mente de los hombres y llenará sus estómagos; disminuirá sus ambiciones y fortalecerá su estructura, prescindiendo de su sabiduría y de su voluntad, pues el intelectual tiende a la quietud.
Trabaja en la quietud y así no habrá nada que no se pueda gobernar.
Publicar un comentario