30.1.07

Vigésimoprimero.

-XXI-

La virtud se expresa siguiendo al Tao.
Tao es evasivo e intangible
pero expresa toda forma y sustancia;
Tao es oscuro y sutil
pero expresa toda la Naturaleza;
la Naturaleza no cambia,
pero expresa toda sensación.
Desde antes del conocimiento
el Tao ha expresado todas las cosas.
¿Cómo puedo saber?
Confiando en mis sentidos.


-XXI-

En la naturaleza de la Gran Virtud
se halla seguir al Tao y sólo al Tao.
Pero, ¿qué es el Tao?
Es Algo esquivo e impreciso.
¡Esquivo e impreciso!,
pero contiene en Su interior una Forma.
¡Esquivo e impreciso!,
pero contiene en Su interior una Sustancia.
¡Sombrío y oscuro!,
pero contiene en Su interior una Semilla de Vitalidad.
La Semilla de Vitalidad es muy real;
contiene en Su interior una Sinceridad inagotable.
A través de los tiempos, Su Nombre ha sido preservado
para recordar el Origen de todas las cosas.
¿Cómo conozco la naturaleza de todas las cosas en su Origen?
Por lo que está en mi interior.


-XXI-

La grandeza de toda virtud
reside en su fidelidad al Tao.
El Tao es algo confuso e intangible.
Es confuso e intangible, pero tiene formas.
Es confuso pero brillante porque abarca muchas cosas.
Es profundo y oscuro pero contiene una esencia.
Esta esencia es verdadera.
Desde los tiempos más remotos conserva invariable su nombre.
Es el origen de todos los seres.
¿Cómo conocer el origen de todos los seres?
Por esto mismo.


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29.1.07

Vigésimosegundo.

-XXII-

Acepta y serás completo,
inclínate y serás recto,
vacíate y quedarás lleno,
decae, y te renovarás,
desea, y conseguirás,
buscando la satisfacción quedas confuso.
El Sabio acepta el Mundo
como el Mundo acepta el Tao;
no se muestra a si mismo, y así es visto claramente,
no se justifica a si mismo, y por eso destaca,
no se empeña, y así realiza su obra,
no se glorifica, y por eso es excelso,
no busca la lucha, y por eso nadie lucha contra él.
Los Santos decían, "acepta y serás completo",
una vez completo, el Mundo es tu hogar.


XXII
Ceder es conservarse íntegro.
Doblarse es enderezarse.
Estar vacío es llenarse.
Consumirse es renovarse.
No tener nada es poseer.
Tener en abundancia es desorientarse.
Por lo tanto, el Sabio abraza el Uno
y se convierte en el modelo del mundo.
No se muestra,
y por eso es luminoso.
No se justifica,
y por eso tiene gran fama.
No se vanagloria de nada,
y por eso la gente le cree.
No se enorgullece,
y por eso es el que gobierna a los hombres.
No compite con nadie,
y por eso nadie en el mundo puede competir con él.
¿Acaso no es cierto que, como dicen los antiguos,
«ceder es conservarse íntegro»?
Así es como se conserva,
y el mundo le rinde homenaje.


XXII

Lo que esta a medias, será completado.
Lo que está torcido, enderezado.
Lo que está vacío, llenado.
Lo que está viejo, renovado.
Quien tiene poco, recibirá.
Quien tiene mucho, perderá.
Por eso, el Sabio
abraza la iluminación.
El mismo no pretende ser nadie, y brilla.
No se vanagloria, por ello acaba sus obras.
No da importancia a su persona y los otros lo realzan.
porque nadie en el mundo rivaliza con quien no compite.
Lo que dijeron los antiguos, por cierto, no son palabras vanas:
"Lo que está a medias, será completado"
Esto incluye la perfección auténtica.

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28.1.07

Vigésimotercero.

-XXIII-

La Naturaleza dice pocas palabras:
El viento fuerte no dura mucho,
la lluvia torrencial no cae durante mucho tiempo.
Si las palabras de la Naturaleza no permanecen
¿Por qué habrían de hacerlo las del Hombre?
Para seguir el Tao, conviértete en Tao; el Tao te aceptará.
Para dar virtud, conviértete en virtud; la virtud te aceptará.
Si pierdes con el Tao, la pérdida te aceptará.
Has de confiar para que confíen en ti.


-XXIII-


La Naturaleza dice pocas palabras.
Por eso un huracán no dura toda la mañana.
Un aguacero no dura todo el día.
¿De dónde proceden?
De la Naturaleza.
Ni siquiera las manifestaciones de la Naturaleza duran mucho,
¿cuánto menos, pues, el hombre?
Por consiguiente,
el que sigue el Tao se identifica con el Tao;
el que sigue la Virtud se identifica con la Virtud;
el que abandona el Tao se identifica con el abandono del Tao.
A aquel que se identifica con el Tao,
el Tao también está contento de acogerle.
A aquel que se identifica con la Virtud,
la Virtud también está contenta de acogerle.
A aquel que se identifica con el abandono,
el Abandono también está contento de acogerle.
El que no tiene suficiente fe
no será capaz de obtener la fe de los demás.


-XXIII-

Economizad las palabras y todo se hará solo.
Un ciclón no dura más de una mañana.
Ni el aguacero sobrepasa una jornada.
¿Quien los origina? El Cielo y la tierra.
Si ni siquiera Cielo y Tierra consiguen algo permanente,
¡Cómo podría lograrlo el ser humano!
Si comienzas tu obra conforme al SENTIDO
te fundirás con los que lo poseen,
si compartes la VIDA con quienes la tienen
y la pobreza con quienes son pobres.
Al ser uno, ellos y tú, en el SENTIDO,
alegremente irán a tu encuentro.
Al ser uno con ellos en la VIDA,
quienes la posean te recibirán con alegría.
Al ser uno con ellos en la pobreza,
también los pobres te recibirán con alegría.
Donde no hay bastante fe, no hay fe.


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27.1.07

Vigésimocuarto.

-XXIV-

Si te mantienes de puntillas no te mantienes mucho tiempo;
si das pasos demasiado largos no puedes caminar bien;
si te muestras a ti mismo no puedes ser bien visto;
si te auto justificas no puedes ser respetado;
si te halagas a ti mismo no puedes ser creído;
si te enorgulleces demasiado no puedes alcanzar la excelencia.
Todos estos comportamientos son excrecencias y tumores,
cosas desagradables evitadas por el virtuoso.


-XXIV-


El que se pone de puntillas no se sostiene con firmeza.
El que camina a grandes zancadas no llega lejos.
El que se exhibe no es luminoso.
El que se justifica a sí mismo no alcanza fama.
Al que se vanagloria nadie le cree.
El que se enorgullece de sí mismo no llega a ser jefe.
Para el Tao, estas cosas se llaman «las heces y las excrecencias de la Virtud»,
y son repugnantes.
Por eso el hombre del Tao las rechaza.


-XXIV-

Quien se pone de puntillas no se mantienen en pie.
Quien anda con las piernas arqueadas no puede avanzar.
Quien quiere ser brillante. No alcanza la iluminación.
Quien pretende ser alguien no lo será naturalmente.
Quien se vanagloria no realiza ninguna obra.
Quien se da importancia no se eleva.
Para el SENTIDO es como la basura, o como una úlcera purulenta,
y todas las criaturas lo odian.
Por eso, quien tiene el SENTIDO no se conduce así.

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26.1.07

Vigésimoquinto.

-XXV-

Antes de que existiese el Mundo estaba el Misterio:
Silencioso, sin fondo, solitario, inmutable,
en todas partes y siempre en movimiento,
la Madre del Mundo.
No conozco su nombre, por lo que le llamo Tao;
no conozco su límite, por lo que le llamo Infinito.
Siendo infinito, fluye para siempre,
fluyendo para siempre, vuelve a Sí Mismo.
Uno Mismo sigue el camino del Mundo;
el Mundo sigue el camino de la Naturaleza;
la Naturaleza sigue el camino del Tao;
el Tao es el Camino.
Tao es infinito, por tanto la Naturaleza es infinita,
por tanto el Mundo es infinito,
por tanto Uno Mismo es infinito.
Son cuatro Infinitos,
Y el Yo es uno de ellos.


-XXV-


Antes de que el Cielo y la Tierra existieran,
ya había algo nebuloso, silencioso, aislado,
solitario e inmutable, que gira eternamente sin cesar
y se puede considerar la Madre de todas las cosas.
No conozco su nombre y lo llamo Tao.
Si me obligan a darle un nombre, lo llamaría «Grande».
Ser grande significa extenderse en el espacio,
extenderse en el espacio significa llegar lejos,
llegar lejos significa volver al punto original.
Por eso, el Tao es grande,
el Cielo es grande,
la Tierra es grande,
el Soberano también es grande
Éstos son los Cuatro Grandes del universo,
y el Soberano es uno de ellos.
El Hombre sigue la ley de la Tierra;
la Tierra sigue la ley del Ciclo;
el Cielo sigue la ley del Tao;
el Tao sigue su propia ley.


-XXV-

Hay algo perfecto e indistinto.
Existía antes que el Cielo y la Tierra, silencioso, solitario.
Permanente único y estimulante.
Se mueve en círculo y no corre peligro.
Podríamos llamarlo la Madre del mundo.
Pero desconozco su nombre.
YO lo denomino SENTIDO.
Si me esfuerzo por designarlo, entonces digo; grande.
Grande significa estar en eterno movimiento.
El eterno movimiento significa alejarse.
Alejarse significa retornar.
Así es grande el SENTIDO, grande el Cielo, grande la Tierra,
y también el Hombre es grande.
Cuatro son las grandezas del universo,
y el Hombre es una de ellas.
El Hombre se guía por la tierra.
La Tierra se guía por el Cielo.
El Cielo se guía por el SENTIDO.

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25.1.07

Vigésimosexto.

-XXVI-

La gravedad es el origen de la ligereza,
la Calma, la dueña de la agitación.
Así pues, el que dirige una gran empresa
no debe actuar con ligereza o agitación.
Actuando a la ligera, pierde contacto con el Mundo,
actuando agitadamente, pierde contacto consigo mismo.
El sabio viaja todo el día sin perder el control;
rodeado de cosas deseables, permanece en calma y sin ataduras.


-XXVI-

Lo pesado es la raíz de lo ligero,
lo quieto domina a lo agitado.
Por eso, el Sabio viaja todo el día,
pero no se separa del carro de las Provisiones.
Aunque esté rodeado de honores y gloria,
vive en paz y pausadamente.
¿Cómo puede el rey con diez mil carros
obrar con ligereza en el imperio?
En la frivolidad, el Centro se pierde;
en la acción apresurada, se pierde el autodominio.


-XXVI-

Lo pesado es la raíz de lo ligero.
La quietud es más poderosa que la agitación.
El Sabio camina todo el día sin separarse de su pesado equipaje.
Aunque sean muchas las delicias ofrecidas a sus ojos,
permanece en su retiro, contento.
¡Cuanta mas atención deberá poner el señor del imperio
en la esfera terrestre de su persona!
Quien se toma las cosas a la ligera, pierde la raíz.
Quien se agita, pierde la soberanía.


24.1.07

Vigésimoséptimo.

-XXVII-

El buen viajero no deja huella que pueda seguirse,
el buen hablador no deja palabras que puedan ser cuestionadas,
el buen contable no deja cálculo sin comprobar,
el buen cerrajero no deja cerradura que pueda ser forzada,
el buen atador no deja nudo que pueda ser deshecho.
Así, el sabio cuida a todos los hombres
y no abandona a ninguno.
Acepta todo y no rechaza nada.
Atiende hasta el menor detalle.
Así el fuerte debe guiar al débil,
pues el débil es el material de donde hacer a los fuertes.
Si la guía no es respetada
o el material no es cuidado
se origina confusión, no importa cuan inteligente sea uno.
Esta es la esencia de la sutileza.


-XXVII-

Un buen corredor no deja huellas.
Un buen discurso no contiene errores que permitan atacarlo.
Un buen contable no necesita el ábaco.
Una puerta bien cerrada no necesita cerrojo,
y sin embargo no puede abrirse.
Un nudo bien hecho no necesita cuerda,
y sin embargo no puede deshacerse.
Por eso el Sabio sabe ayudar a las personas,
no rechaza a nadie.
Sabe conservar las cosas,
no rechaza nada.
A esto se le llama saber hacer uso de la Luz interior.
Por consiguiente, el hombre bueno es el maestro del malo.
Y el malo es la lección del bueno.
Aquel que no valora a su maestro ni ama su lección
va por el mal camino,
Por muy ilustrado que sea.
Éste es el secreto sutil.


-XXVII-

El buen caminante no deja huella.
El buen orador no necesita desmentir.
El que sabe calcular no necesita ábaco.
Quien sabe cerrar no precisa candado ni llaves,
y sin embargo, nadie puede abrir lo que él cierra.
Quien sabe atar no precisa cuerdas ni lazos,
y sin embargo, nadie puede desastar lo que ata.
El Sabio siempre conoce el modo de salvar a las personas;
por eso, no hay cosas viles para él.
A esto se le llama lucidez innata.
Así, los hombres buenos son los maestros de los menos buenos,
y éstos, la materia de aquellos.
Quien no estima a sus maestros,
así como quien no ama la materia de que dispone,
yerra gravemente, por mucho que sepa.
Este es el gran secreto.



22.1.07

Vigésimoctavo.

-XXVIII-

Conociendo lo masculino, y convirtiéndose en lo femenino,
se llega a ser la vía a través de la cual se mueve el Mundo,
estar unido a la virtud, y renacer de nuevo.
Conociendo la luz y convirtiéndose en la oscuridad,
uno se convierte en el Mundo,
llegando a ser la virtud, y volviendo al Tao.
Conociendo el honor y siendo humilde,
uno se convierte en el valle del Mundo,
llenándose de la virtud,
y siendo como un tronco no cortado.
Cuando el tronco es cortado se convierte en herramientas.
Usadas por el sabio, son poderosas;
así pues, un buen carpintero no desperdicia madera.


-XXVIII-

Quien tiene conciencia de lo Viril
pero se mantiene en lo Femenino
se convierte en la hondonada del mundo.
Siendo la hondonada del mundo,
posee la virtud eterna que nunca decae
y retorna a la inocencia de la primera infancia.
El que tiene conciencia de lo blanco
pero se mantiene en lo negro
se convierte en un modelo para el mundo.
Siendo el modelo del mundo,
posee la virtud eterna que nunca yerra
y retorna a la Nada Primordial.
El que conoce el honor y la gloria
pero se mantiene en la oscuridad,
se convierte en el valle del mundo.
Siendo el valle del mundo,
posee la eterna virtud que siempre basta
y retorna a la Sencillez Original.
Cuando la sencillez se diversifica,
se hacen con ella instrumentos útiles.
En manos del Sabio,
se convierten en funcionarios y magistrados.
Por eso el gran soberano no divide.


-XXVIII-

Quien conoce su virilidad y conserva su feminidad
es como el desfiladero del mundo.
No pierde la VIDA eterna, y se convierte de nuevo en niño.
Quien conoce su pureza y conserva su debilidad,
es un modelo para el mundo.
No pierde la VIDA eterna, y retorna a lo que aún no es.
Quien conoce la dignidad y conserva su humildad,
es el Valle del mundo.
Se conforma con la VIDA eterna, y vuelve a la simplicidad,
aparecen las personas "útiles".
El Sabio que la practica, ejerce autoridad sobre los funcionarios.
Y no precisa podas.


21.1.07

Vigésimonoveno.

-XXIX-

Aquellos que desean cambiar el Mundo
de acuerdo con sus deseos, nunca tienen éxito.
Al Mundo le da forma el Tao;
no puede darse forma a sí mismo.
Si alguien intenta darle forma, le daña;
si alguien intenta poseerle, le pierde.
Así pues:
A veces las cosas florecen, a veces no.
A veces la vida es dura, a veces es fácil.
A veces la gente es fuerte, a veces es débil.
A veces llegas a donde quieres ir, a veces te quedas en el camino.
Por ello el sabio no es extremo, extravagante o complaciente.


-XXIX-

Hay quienes pretenden conquistar el mundo
y hacer con él lo que quieran.
Veo que no lo lograrán.
Pues el mundo es un Recipiente Sagrado
que no se puede manipular.
Quien lo manipula lo estropea.
Quien lo agarra lo pierde.
Pues unas cosas van delante y otras van detrás.
Unas soplan con fuerza y otras, suavemente.
Unas son fuertes y otras son débiles.
Unas pueden romperse y otras, caer.
Por eso el Sabio evita el exceso,
evita la extravagancia,
evita el orgullo.


-XXIX-

He visto fracasar varios intentos de conquistar y manipular el mundo.
El mundo pertenece al Espíritu, por lo tanto, no debe ser manipulado.
Quien lo manipula, lo corrompe, quien pretende conservarlo, lo pierde.
Las cosas, ora preceden, ora siguen.
Algunas son como un soplo cálido, otras, como un viento frío.
Las cosas, ora son fuertes, ora débiles, oran flotan, ora se hunden.
Por eso, el Sabio evita todo exceso de cantidad,
todo exceso de medida y todo exceso de forma.



20.1.07

Trigésimo.

-XXX-

Los hombres poderosos no deben usar la violencia,
pues la violencia tiene la costumbre de retornar;
las zarzas crecen donde quiera que vaya un ejército,
y años de hambre siguen a una guerra.
Un general está bien advertido:
De que ha de hacer nada más que lo que indican sus órdenes,
no importa cuan fuerte sea su ejército;
de que ha de conseguir cumplir sus órdenes,
pero no la gloria o el sentirse orgulloso;
de hacer lo que dicta la necesidad,
pero no la sed de sangre;
pues, incluso la más poderosa fuerza decaerá con el tiempo,
y la violencia volverá en contra, y le destruirá.


-XXX-

El que quiera guiar a un soberano con el Tao
se opondrá a toda conquista realizada con el poder de las armas.
Pues las armas suelen volverse contra quien las usa.
Donde están los ejércitos sólo crecen espinas y zarzas.
La creación de un gran ejército
va seguida por años de miseria.
Por eso un buen general cumple su objetivo y se detiene.
No se atreve a confiar en el poder de las armas.
Cumple su objetivo y no se vanagloria de ello.
Cumple su objetivo y no se jacta de ello.
Cumple su objetivo y no se enorgullece de ello.
Cumple su objetivo como algo necesario pero lamentable.
Cumple su objetivo pero no ama la violencia.
Porque, tras alcanzar su plenitud, las cosas decaen.
Esta violencia sería contraria al Tao.
Y lo que es contrario al Tao pronto perece.


-XXX-

Aquel que ayuda al príncipe en el buen SENTIDO,
no violenta el mundo con las armas.
Sabe que toda acción recae sobre uno mismo.
Los ejércitos no dejan tras de sí más que zarzas y espinas.
La miseria sigue siempre a las batallas.
Por eso, el hombre valeroso persigue el desenlace, y nada más.
No intenta conquistar por la fuerza.
Desenlace, sin jactancias,
desenlace, sin celebraciones,
desenlace, sin orgullo,
desenlace, porque no queda más remedio,
desenlace, prescindiendo de violencia.


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