-XXVIII-
Conociendo lo masculino, y convirtiéndose en lo femenino,
se llega a ser la vía a través de la cual se mueve el Mundo,
estar unido a la virtud, y renacer de nuevo.
Conociendo la luz y convirtiéndose en la oscuridad,
uno se convierte en el Mundo,
llegando a ser la virtud, y volviendo al Tao.
Conociendo el honor y siendo humilde,
uno se convierte en el valle del Mundo,
llenándose de la virtud,
y siendo como un tronco no cortado.
Cuando el tronco es cortado se convierte en herramientas.
Usadas por el sabio, son poderosas;
así pues, un buen carpintero no desperdicia madera.
-XXVIII-
Quien tiene conciencia de lo Viril
pero se mantiene en lo Femenino
se convierte en la hondonada del mundo.
Siendo la hondonada del mundo,
posee la virtud eterna que nunca decae
y retorna a la inocencia de la primera infancia.
El que tiene conciencia de lo blanco
pero se mantiene en lo negro
se convierte en un modelo para el mundo.
Siendo el modelo del mundo,
posee la virtud eterna que nunca yerra
y retorna a la Nada Primordial.
El que conoce el honor y la gloria
pero se mantiene en la oscuridad,
se convierte en el valle del mundo.
Siendo el valle del mundo,
posee la eterna virtud que siempre basta
y retorna a la Sencillez Original.
Cuando la sencillez se diversifica,
se hacen con ella instrumentos útiles.
En manos del Sabio,
se convierten en funcionarios y magistrados.
Por eso el gran soberano no divide.
-XXVIII-
Quien conoce su virilidad y conserva su feminidad
es como el desfiladero del mundo.
No pierde la VIDA eterna, y se convierte de nuevo en niño.
Quien conoce su pureza y conserva su debilidad,
es un modelo para el mundo.
No pierde la VIDA eterna, y retorna a lo que aún no es.
Quien conoce la dignidad y conserva su humildad,
es el Valle del mundo.
Se conforma con la VIDA eterna, y vuelve a la simplicidad,
aparecen las personas "útiles".
El Sabio que la practica, ejerce autoridad sobre los funcionarios.
Y no precisa podas.
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