21.1.07

Vigésimonoveno.

-XXIX-

Aquellos que desean cambiar el Mundo
de acuerdo con sus deseos, nunca tienen éxito.
Al Mundo le da forma el Tao;
no puede darse forma a sí mismo.
Si alguien intenta darle forma, le daña;
si alguien intenta poseerle, le pierde.
Así pues:
A veces las cosas florecen, a veces no.
A veces la vida es dura, a veces es fácil.
A veces la gente es fuerte, a veces es débil.
A veces llegas a donde quieres ir, a veces te quedas en el camino.
Por ello el sabio no es extremo, extravagante o complaciente.


-XXIX-

Hay quienes pretenden conquistar el mundo
y hacer con él lo que quieran.
Veo que no lo lograrán.
Pues el mundo es un Recipiente Sagrado
que no se puede manipular.
Quien lo manipula lo estropea.
Quien lo agarra lo pierde.
Pues unas cosas van delante y otras van detrás.
Unas soplan con fuerza y otras, suavemente.
Unas son fuertes y otras son débiles.
Unas pueden romperse y otras, caer.
Por eso el Sabio evita el exceso,
evita la extravagancia,
evita el orgullo.


-XXIX-

He visto fracasar varios intentos de conquistar y manipular el mundo.
El mundo pertenece al Espíritu, por lo tanto, no debe ser manipulado.
Quien lo manipula, lo corrompe, quien pretende conservarlo, lo pierde.
Las cosas, ora preceden, ora siguen.
Algunas son como un soplo cálido, otras, como un viento frío.
Las cosas, ora son fuertes, ora débiles, oran flotan, ora se hunden.
Por eso, el Sabio evita todo exceso de cantidad,
todo exceso de medida y todo exceso de forma.



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