28.1.07

Vigésimotercero.

-XXIII-

La Naturaleza dice pocas palabras:
El viento fuerte no dura mucho,
la lluvia torrencial no cae durante mucho tiempo.
Si las palabras de la Naturaleza no permanecen
¿Por qué habrían de hacerlo las del Hombre?
Para seguir el Tao, conviértete en Tao; el Tao te aceptará.
Para dar virtud, conviértete en virtud; la virtud te aceptará.
Si pierdes con el Tao, la pérdida te aceptará.
Has de confiar para que confíen en ti.


-XXIII-


La Naturaleza dice pocas palabras.
Por eso un huracán no dura toda la mañana.
Un aguacero no dura todo el día.
¿De dónde proceden?
De la Naturaleza.
Ni siquiera las manifestaciones de la Naturaleza duran mucho,
¿cuánto menos, pues, el hombre?
Por consiguiente,
el que sigue el Tao se identifica con el Tao;
el que sigue la Virtud se identifica con la Virtud;
el que abandona el Tao se identifica con el abandono del Tao.
A aquel que se identifica con el Tao,
el Tao también está contento de acogerle.
A aquel que se identifica con la Virtud,
la Virtud también está contenta de acogerle.
A aquel que se identifica con el abandono,
el Abandono también está contento de acogerle.
El que no tiene suficiente fe
no será capaz de obtener la fe de los demás.


-XXIII-

Economizad las palabras y todo se hará solo.
Un ciclón no dura más de una mañana.
Ni el aguacero sobrepasa una jornada.
¿Quien los origina? El Cielo y la tierra.
Si ni siquiera Cielo y Tierra consiguen algo permanente,
¡Cómo podría lograrlo el ser humano!
Si comienzas tu obra conforme al SENTIDO
te fundirás con los que lo poseen,
si compartes la VIDA con quienes la tienen
y la pobreza con quienes son pobres.
Al ser uno, ellos y tú, en el SENTIDO,
alegremente irán a tu encuentro.
Al ser uno con ellos en la VIDA,
quienes la posean te recibirán con alegría.
Al ser uno con ellos en la pobreza,
también los pobres te recibirán con alegría.
Donde no hay bastante fe, no hay fe.


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