14.1.08

Décimoséptimo.

-XVII-

Los mejores gobernantes son apenas conocidos por sus vasallos;
los siguientes son amados y alabados;
los siguientes son temidos;
los siguientes despreciados:
No tienen fe en sus vasallos,
por tanto, sus vasallos tampoco tienen fe en ellos.
Cuando el mejor gobernante alcanza su objetivo
sus vasallos lo celebran como si fuese el objetivo de ellos mismos.


-XVII-

El mejor gobernante es aquel de cuya existencia la gente apenas se entera.
Después viene aquel al que se le ama y alaba.
A continuación, aquel al que se teme.
Por último, aquel al que se desprecia y desafía.
Si eres desconfiado, otros desconfiarán de ti.
El Sabio pasa desapercibido y ahorra las palabras.
Cuando su tarea ha sido cumplida y las cosas han sido acabadas,
todo el mundo dice: "¡Somos nosotros los que las hemos hecho!"


-XVII-

El gran gobernante pasa inadvertido por el pueblo.
A éste sucede el que es amado y elogiado por el pueblo.
Después, el que es temido.
Y finalmente, el despreciado.
Si no hay una confianza total,
se obtiene la desconfianza.
El gran gobernante practica el no-hacer
y así, a la obra acabada sigue el éxito.
Entonces, el pueblo cree vivir según su propia ley.


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