18.1.08

Décimotercero

-XIII-

Los santos decían:
"Alabanzas y culpas causan ansiedad;
el objeto de la esperanza y el miedo está en tu interior".
"Alabanzas y culpas causan ansiedad"
Puesto que esperas o temes recibirlas o perderlas.
"El objeto de la esperanza y el miedo está en tu interior"
Pues, sin un Ego, no pueden afectarte la fortuna o el desastre.
Por tanto:
El que observa al Mundo como se observa a sí mismo
es capaz de controlar el Mundo;
pero el que ama al Mundo como se ama a sí mismo
es capaz de dirigir el Mundo.


-XIII-

"Acoge la desgracia como agradable sorpresa,
y estima la calamidad como a tu propio cuerpo."
¿Por qué debemos "acoger la desgracia como agradable sorpresa"?
Porque un estado humilde es un favor:
caer en él es una agradable sorpresa,
¡y también la es el remontarlo!
Por ello, debemos "acoger la desgracia como agradable sorpresa".
¿Por qué debemos "estimar la calamidad como a nuestro propio cuerpo"?
Porque nuestro cuerpo es la fuente misma de nuestras calamidades.
Si no tuviéramos cuerpo, ¿qué desgracias nos podrían suceder?
Así pues, sólo quien está dispuesto a entregar su cuerpo para
salvar al mundo merece que se le confíe el mundo.
Sólo aquel que pueda hacerlo con amor es merecedor
de ser administrador del mundo.


-XIII-

El favor y la desgracia inquietan por igual.
La fortuna es un gran dolor como nuestro cuerpo.
¿Qué quiere decir: favor y desgracia inquietan por igual ?

El favor eleva y la desgracia abate.
Conseguir el favor es la inquietud.
Perderlo es la inquietud.

Este es el sentido de «favor y desgracia inquietan por igual»
¿Qué quiere decir: la fortuna es un gran dolor como nuestro cuerpo?
La causa por la que padezco dolor es mi propio cuerpo.
Si no lo tuviese,
¿qué dolor podría sentir?
Por esto, quien estime al mundo igual a la fortuna de
su propio cuerpo, puede gobernar el mundo.
Quien ame al mundo como a su propio cuerpo,
se le puede confiar el mundo.


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